TODO NOMBRE TIENE UN PORQUE...

Todo en esta vida tiene una razón, un por qué, calquier nombre viene por alguna circunstancia... y el nombre de nuestro blog también lo tiene... La temporada pasada fué un mal año para el esqui de travesía en nuestras queridas montañas cantabras. Terminaba 2011 y casi "no habiamos tocado pelo". Y un día en el rocodromo entrenando un poco con un grupo de amigos, y ante una pequeña nevada que se supone había caido en la zona alta de la Cordillera uno de los presentes dijo... Hay nieve, allí hay nieve. Hay que ir! aunque se jodan!... estoy harto de ponerme los esquis encima de la alfombra del salón... aunque se jodan!

Y así ha nacido aunquesejodan.blogspot.com



viernes, 26 de abril de 2013

LA ALTA RUTA DE LOS ALPES: UN HOMENAJE DESEADO


"Mi corazón continúa allí donde mi cuerpo no podrá volver más" John Forbes

Con estas palabras nos recibió en Chamonix nuestro guía, David Pujol, el pasado sábado 13 de abril. Fueron escritas aproximadamente cien años atrás por uno de los pioneros de la Alta Ruta de esquí de travesía por excelencia, aquella que recorre el camino entre Chamonix y Zermatt. Ese era nuestro objetivo. Objetivo largamente soñado y perseguido, al que teníamos puesto en el punto de mira desde años atrás.

Las fechas previas a nuestro viaje a Chamonix fueron ideales para preparar nuestra aventura. La nieve, si bien un poco tardía, ha acabado apareciendo con abundancia en la Cordillera a partir de finales del mes de enero, lo que nos ha permitido salir todas las semanas con los esquís de travesía. No ha sido una temporada prolija en corredores, pero lo hemos compensado con creces con las salidas de esquí de las que hemos disfrutado con un amplio grupo de amigos.

El mayor artífice de esta aventura ha sido Alvarito. Durante los últimos años ha tenido tres obsesiones importantes, con las que nos ha dado la tabarra a todos, uno a uno... La primera de ellas, la Alta Ruta Chamonix-Zermatt. Cualquiera le dice que este año no iba a ser posible.... uf, a ver quien es el majo que le aguanta, jejeje.

Siendo esta la situación, Alvarito y yo -Miguel-, salimos de Santander el 12 de abril a las 4 hs. Por delante nos quedaban 1300 Km de carretera a los que ya nos hemos acostumbrado bastante bien. Dos turnos de 3 horas de conducción cada miembro de la cordada, y llegada a Chamonix 5 minutos antes de la hora concertada. Allí nos esperaban el resto de la expedición, compuesta por Sara, Xavi y nuestro guía David.

Tras los saludos y las comprobaciones previas del material, fuimos a cenar a Chamonix. Nos retiramos pronto a descansar a la Gite "La Montagne", en las afueras del pueblo, dirección hacia Argentiere. No queríamos incumplir con los horarios impuestos por la señora de la Gite -a la que Alvarito tenía mucho respeto, no se por qué, jejeje-. La tarde-noche era clara y nos permitía contemplar desde el mismo albergue las maravillas del valle de Chamonix (Aiguille Verte, Drus, Grepón, Caiman, Aiguille de Midi....), con las que estuvimos soñando toda la noche.


Como impresiona ver desde tan cerca los Drus y la Aiguille Verte.



1ª JORNADA: GRANDS MONTETS - REFUGIO DE TRIENT

A las 7 de la mañana ya estábamos en marcha, preparados para ir a Argentiere y tomar el teleférico de Grands Montets. Llegamos pronto al aparcamiento y nos dispusimos a comprar los pases. Aquí tuvimos un primer inconveniente, las taquillas de venta de tickets las abren a la misma hora que el teleférico (8.30 hs), de tal forma que cuando disponíamos de los mismos ya se había formado una larga cola para subir arriba.


Después de dos largas esperas, que se hicieron más largas por la ansiedad y los nervios, a las 10 hs estábamos en la cima de Grands Montets. Un corto descenso por unas escaleras metálicas nos depositó en el collado con la Petit Aiguille Verte, donde por fin nos calzamos los esquís.


Para empezar nos toca bajar el Glaciar de Rognons hacia el Glaciar de Argentiere. El día es soleado y cálido. La nieve a esas horas se encuentra en buen estado, si bien hay que tener cuidado en el descenso, ya que la bajada está muy machacada por el tránsito de cientos de esquiadores y hay multitud de baches. Casi finalizando la bajada nos encontramos con un esquiador que había sufrido en sus carnes estos inconvenientes -se fastidió la rodilla- y tuvo que dejar aparcado su sueño de terminar la Alta Ruta para otra temporada.


El retraso padecido en el teleférico, lo sufrimos el resto de la jornada. Si lo bueno del anticiclón que nos acompañó durante la ruta fueron las vistas que nos permitió contemplar, el reverso fue el sofoco por el calor reinante, a partir de media mañana agobiante, y la rápida transformación de la nieve hacia nieve muy blanda. En el caso de la primera jornada, esta situación se agravó, ya que la mayor parte de la jornada se desarrolló en las horas centrales del día.

Una vez en el Glaciar de Argentiere calzamos los esquís con las pieles y comenzamos el ascenso del Glaciar de Chardonnet.


En los primeros giros comprobamos en nuestras carnes como en Alpes el trazado de las zetas en ocasiones se topa con giros más bruscos de los habituales, así que tuvimos que aprender a marchas forzadas el funcionamiento de la vuelta María en dos fases -primero pasar el esquí del monte por detrás del esquí cara al valle, para, con un giro rápido, volver a situar ese esquí por encima del esquí del valle-, ya que con la vuelta maría normal era imposible girar directamente el esquí cara al monte -se topaba con el muro de nieve dura-.



Superada la primera parte de la subida, donde se concentraban las mayores dificultades, progresamos buscando directamente el Collado de Chardonnet por un glaciar poco inclinado que se nos hizo muy largo por el calor.




En el collado apenas paramos lo justo para refrescarnos un poco y meter algo al estómago, mientras esperábamos a que otros grupos descendieran el rapel hacia el Glaciar de Saleina. Para evitar aglomeraciones, David nos montó un descuelgue rápido que descendimos raudos, pues todavía nos quedaba un largo trecho hasta el refugio. 


Glaciar de Saleina, corto descenso con buena nieve y vuelta a remontar hasta el Collado de Fenêtre de Saleina, subida inclinada que realizamos con los esquís calzados, siguiendo una traza cuyos abruptos giros nos obligan a utilizar nuevamente la técnica de la vuelta maría en "dos fases", que ya empezamos a controlar -a la fuerza ahorcan-.




Desde el collado vemos el Refugio de Trient, por lo que, sin apenas descanso, descendemos hacia una cerveza que en esa cálida jornada era más que deseada... nuestro gozo en un pozo al comprobar que había que volver a poner las pieles para subir el último tramo que nos separaba del refugio.



Celebración por todo lo alto y cerveza merecidísima con vistas al Glaciar de Trient. Por cierto, parece que el nombre de las Aiguilles Dorees es bastante apropiado.



Desde el refugio, vistas espectaculares sobre el Glaciar de Trient, las Aiguilles Dorees y la traza de bajada -en su mayor parte diagonal- que habíamos seguido en el descenso.



Un precioso atardecer y una copiosa cena nos ayudan a recuperarnos del sofoco. A las 21 horas estamos en nuestra litera soñando con lo que las siguientes jornadas nos van a deparar.


2ª JORNADA: REFUGIO DE TRIENT - REFUGIO DE MONT FORT

Esta es una jornada de transición. Fundamentalmente consistió en descender desde el Glaciar de Trient hasta el pueblo de Champex, donde cogimos un Taxi que nos bajó hasta el valle, desde el cual subimos a las pistas de esquí de Verbier en teleférico, para remontar unos metros hasta el Refugio de Mont Fort.

Al ser una jornada corta, en esta ocasión nos permitimos salir al alba, sin necesidad de utilizar los frontales.


Descendimos pegados a la derecha del Glaciar de Trient, buscando una travesía hacia el collado de Les Ecandies.



Aquí vemos el Collado de Les Ecandies, que ascendemos con los esquís en la chepa.




Superado este Collado, solo nos resta descender todo el valle hasta el pueblo de Champex, donde llegamos sobre las 9.30 hs.



Ahora solo queda esperar al Taxi y bajar al Valle para subirnos al remonte que nos lleva hasta la parte alta de las pistas de esquí de Verbier. Un corto descenso por las pistas, relajando las piernas un poco con la nieve pisada por las máquinas, nos deposita a escasos metros del Refugio de Mont Fort, donde nos quedaremos esa noche.





Llegamos muy pronto al refugio, lo que aprovechamos para tomar unas merecidas cervezas, reforzar los conceptos de rescate en grietas y ver como el helicóptero de la estación limpia de aludes las laderas cercanas a las pistas.


Este Refugio lo disfrutamos de verdad, ya que dispone de ducha, está en muy buenas condiciones y eramos muy poquitos los que nos quedamos a dormir allí -otro grupo de españoles (dos maños y una chica asturiana, con los que coincidimos en varios refugios y a los que saludamos si llegan a leer esto) y nosotros-.


En el Refugio nos quedamos un buen ratos embobados mirando el Bec de Rosses, pared donde se celebra cada año la final del campeonato del mundo de descenso extremo -este año con muchísima nieve-



3ª JORNADA: REFUGIO DE MONT FORT - REFUGIO DE DIX

Jornada larga, dura y, en algunos puntos, delicada, donde tuvimos que recuperar la distancia perdida en la suave jornada anterior.

Tocaba madrugón. Las altas temperaturas reinantes y las grandes avalanchas que se estaban produciendo a partir de media tarde suponían una gran preocupación, fundamentalmente por la travesía que debíamos hacer bajo unas canales sobre el lago de Dix (en realidad embalse) con orientación Este, a las que pegaba el sol desde la mañana.

Nuestra idea era alcanzar al amanecer el collado de Chaux y allí intentar bordear la Rosablanche para ganar un valioso tiempo.


Llegando al Collado de Chaux empieza a amanecer. Eran las 6.45 hs de la mañana.


La bajada del Collado se encontraba bastante dura. Dos giros con mucho cuidado y diagonal abajo.


A partir de ahí llegó la parte que me pareció más complicada de la ruta. Bordeamos la Rosablanche por el Sur -la derecha en nuestro sentido de marcha-, para lo cual transitamos por dos collados cuyo descenso nos hizo apretar los dientes un ratillo. Esta variante se aparta de la ruta normal que sube a la Rosablanche, pero necesitábamos ganar tiempo para atravesar con garantías el Lago de Dix.







Casi son las 12 hs y tenemos que cruzar las laderas de los picos sitos al Este del Lago Dix, punto clave del recorrido. La travesía la realizamos a todo tren y respetando una separación de 100 metros.


La mayor parte la tuvimos que hacer sobre los restos de anteriores aludes, que nos advertían de la inestabilidad de la zona.


Una mirada atrás para ver la presa del embalse. Todo de proporciones gigantescas.


Superado este tramo, nos relajamos un poco y acometemos la última subida del día, ahora bajo un solazo de justicia que nos hizo sufrir para remontar los seiscientos metros de desnivel que nos separaban del Refugio. De todas maneras, poco importaba el ritmo de subida, ya que habíamos superado la sección clave a la hora adecuada, por lo que nos lo tomamos con relativa calma.




Después de una dura etapa, donde acabamos padeciendo los rigores de las altas temperaturas durante la subida final, nada mejor que quitarnos las botas y tomar un merecido refrigerio, que llegaba en el momento justo, pues las fuerzas empezaban a flaquerar.

Las vistas desde el Refugio de Dix, impresionantes. Destacan el Mont Blanc de Cheilon:


Y las zetas de la primera parte de subida al Pigne D´Arolla, que íbamos a acometer el día siguiente:


En el Refugio volvimos a coincidir con los miembros de la expedición "maña" y con un santanderino, con el que estuvimos hablando un rato, el cual se había unido a un grupo "internacional" donde se movía como pez en el agua.

Cenita reparadora, y pronto a la cama, que nuestro recorrido para el día siguiente era más largo que el habitual, ya que no dormiríamos en el Refugio de Vignettes, sino más adelante, en el Refugio Nacamuli.



4ª JORNADA: REFUGIO DE DIX - REFUGIO DE NACAMULI

En este Refugio todo el mundo se levanta al tiempo. A las 5 hs abren la cocina y tenemos que hacer cola para recoger el desayuno. Hemos preparado las cosas antes del desayuno para salir pronto y evitar los atascos de la hora punta.


Un corto descenso por una ladera helada nos lleva al Glaciar de Cheilon, donde calzamos las pieles y empezamos la subida de las zetas que veíamos el día anterior desde el refugio.



Casi sin darnos cuenta, llegamos a un Plateau -Glaciar Tsijiore Nouve-, donde vemos el Cervino. Cada vez lo tenemos más cerca :D


Ahora nos toca afrontar el paso de La Serpentine, que pillamos en buenas condiciones, pero es muy delicado cuando aflora el hielo.


Ya tenemos muy cerca la cima de la Pigne D´Arolla. Hacemos una travesía a la izquierda desde la parte superior de La Serpentine y llegamos al vértice de la montaña (3.796 mts)


Disfrutamos un buen rato de la cima y sus vistas. Era muy pronto e íbamos bien de tiempo.


En el descenso David nos llevó por las palas con orientación Este, donde la nieve estaba perfectamente compactada. Descenso largo y disfrutón con buena nieve.



Como nuestro destino no era la Cabaña de Vignettes, la bajada la afrontamos directa hacia el Glaciar. Al final hay unos resaltes rocosos que es necesario flanquear para evitarlos, tras lo cual se alcanza sin problema el fondo del Glaciar.



Dejamos a lo lejos el Refugio de Vignettes


Nuestro destino ahora es el Collado De L´Evéque, para lo que tenemos que acometer una larga y progresiva subida por el Glaciar


Objetivo conseguido!! Collado De L´Evéque. Al fondo ya se ve el Collado Valpelline. Ya tenemos muy cerca nuestro objetivo final!!!


Ahora toca un descenso de 500 metros hasta el refugio italiano de Nacamuli.


Unos 250 metros debajo del Collado De L´Evéque, alcanzamos otro collado a la derecha -Collado Collon, bonito nombre..-, desde el que descendemos hasta el Refugio Nacamuli.



Otra jornada que terminamos pronto, justo a la hora de comer en España, lo que aprovechamos para pasar la tarde descansando en la terraza del refugio.


En Italia ponen Birras de verdad, nada de botellines. Así da gusto, es lo mejor para mojar un poco el sobre de jamoncito que nos metimos entre pecho y espalda -entre otras pichinchas que llevamos-.


Después de unos días en refugios suizos, da gusto entrar en un refugio italiano, donde cambias la rutina de la cena suiza -sopa, ensalada y carne guisada- por el plato de pasta, el pollo y unas raciones de pan -los adictos al pan, como yo, lo agradecemos sobremanera-.

En cambio, lo que a la gente le llama la atención de este refugio es el baño. Por decirlo de una manera, es de lo más sencillo que existe. Nunca se atasca y no requiere mantenimiento...



5ª JORNADA: REFUGIO NACAMULI - ZERMATT

Último madrugón de la travesía. A pesar de haber hecho un recorrido más largo que los traveseros que se quedaron en Vignettes, no nos podemos dormir, ya que para enlazar con la ruta normal nos queda una subida de unos 300 metros de desnivel que nos llevará una hora y pico, con lo que si no andamos rápidos corremos el riesgo de pillar el atasco.

Llegamos con las primeras luces del alba al collado del Collon.


Poco a poco, la luz empapa las paredes que nos rodean


Atravesamos el Alto Glaciar de Arolla




Cerca del Mont Brulé, subimos con crampones un collado que nos separa del Glaciar Tsa de Tsan


Que gozada!!


Esto es lo que nos queda para afrontar la última bajada.


Un corto descenso y estamos en el Glaciar Tsa de Tsan, dirección al Collado de Valpelline


La subida es larga. Se asciende muy poco a poco, casi sin ganar desnivel, hasta la última pala, que se endereza un poco y hay que hacer varias zetas para salir al collado.


Por fin!!! Hemos llegado al mítico Collado Valpelline!!! La visión del Dent D´Herens y el Cervino -Matterhorn- es impresionante. El día y las vistas inmejorables!!!




La alegría nos desborda.


Aquí si que nos quedamos un largo rato gozando de las vistas y de la compañía. Llegaban al collado continuamente otros grupos y alguno sacaba la botella o petaca para celebrarlo. A nosotros no nos hacía falta, ya que estábamos embriagados por la belleza del paisaje -que potitoooo, snif, snif-.

El problema era que no podíamos quedarnos allí arriba, y todavía quedaba lo mejor, el descenso hasta Zermatt que, en este caso, lo realizamos sobre buena nieve gracias al olfato que tiene David para encontrar donde se esconde.



Había que bajar con atención para evitar las grietas.




Ya estamos bajo el Cervino -Matterhorn-


Una miradita hacia atrás, para ver el glaciar por donde hemos bajado.


Y entramos en las pistas de esquí que nos llevan hasta el mismo pueblo, donde nos quitamos los esquís y terminamos la Alta Ruta.



No podíamos dejar pasar la foto de rigor.




Después de cinco días de travesía, de multitud de glaciares, collados y maravillosas vistas, nos toca volver a la civilización.

El camino de vuelta a Chamonix lo hicimos en Taxi -400 euros en total-. Llegamos al aparcamiento donde habíamos dejado las furgonetas unas dos horas después de salir de Zermatt. Ahora era el turno de la ducha en el albergue favorito de Alvarito -Gite La Montagne-, sobre todo por la titular del negocio, y de un buen homenaje culinario en Chamonix. Tal fue el homenaje que nos dimos, que Alvarito y yo fuimos incapaces de terminar el platazo de pasta que nos habíamos pedido... así da gusto!!

Para el día siguiente teníamos pensado, como plan opcional, hacer el descenso del Valle Blanco. Sin embargo, justo esa noche entró temporal y decidimos volver a casa tranquilamente.

En resumen, una travesía inolvidable, con fantástica compañía. Mucha suerte en la elección de los días, ya que únicamente aparecieron las nubes una mañana, la del tercer día, disfrutando el resto del tiempo de sol y muy buenas vistas. 

Ninguno de los dos conocíamos la ruta, por lo que contratamos los servicios de un guía internacional de alta montaña, David Pujol -http://www.guiasbenasque.com/-, que nos preparó la ruta, nos guió por los glaciares de la travesía y nos puso en contacto con nuestros compañeros de aventura, Xavier y Sara, disfrutando todos de unos días que siempre recordaremos. Las referencias que teníamos del guía eran estupendas y se vieron totalmente confirmadas, sino sobrepasadas por el magnífico carácter de David. Fenomenal trabajo!!! El ambiente fue magnífico y, sin duda, repetiremos alguna aventura con nuestros nuevos compañeros.



Miguel
Alvaro
Xavier
Sara
David