Vuelvo de Argentina y me encuentro con la primera nevada en condiciones de la temporada. Se ha hecho de rogar, pero parece que viene fuerte.
Alvarito, unos días antes, había implorado desde lo alto del Pico Cuartas a San Paquetón, pues parecía que esta temporada iba a ser escasa en nieves. Parece que sus rezos funcionaron, y como funcionaron...
Al final, aquel primer frente que llegó el 21 de enero se ha convertido en un mes de nevadas históricas, cubriendo todas las montañas de la cordillera cantábrica de la añorada nieve. Tanto ha sido así, que la nieve ha alcanzado espesores importantes en cotas muy bajas, lo que nos ha permitido esquiar montañas y montes que nunca pensamos que llegaríamos a catar con las tablas.
Aquí va un pequeño resumen de alguna de las escapadas que hemos hecho este mes:
1º-. Foqueada por Lores:
Vuelvo de Argentina y el ansia me invade vivo. Hay que hacer algo y el elevado riesgo de aludes (nivel 4) nos lleva a elegir una opción muy conservadora, un foqueo por el valle de la Pineda desde Lores.
Por esta zona parece que ha caido una buena nevada... Pues todavía quedaba un buen rato...
El pueblo se encontraba espectacular. Los tejados totalmente cubiernos de nieve y unos carámbanos que invitaban a escalarlos con las herramientas adecuadas -pena que no las llevábamos encima, jajaja-.
Empezamos el foqueo hacia el valle de la Pineda. Comienza a lloviznar lo que pone la nieve muy húmeda.
Primeros problemas. Se empiezan a formar importantes zuecos en las pieles y Alvarito casi no puede avanzar...
El paisaje está precioso. Una pena que se nos metiera la nube...
Después de sufrir en el foqueo para llegar al collado por el que se alcanza el valle de la Pineda, decidimos darnos la vuelta y dar por terminada la jornada. Era totalmente insostenible seguir adelante con las dificultades que se encontraba Alvarito en cada paso.
Al final cerramos la jornada dando buena cuenta de un espectacular menú del día camino de Potes en el puerto de Piedrasluengas.
2º.- Escapada con Guti al Pico Tres Mares:
Otra escapada rápida. Inicialmente, el día parece que no es del todo malo. Hace frio y un viento que corta, pero amanece despejado. La nieve está muy dura, por lo que optamos por hacer una primera subida al Tres Mares, con la esperanza de que transforme un poco.
Según llegamos a la cima vemos el panorama que se nos viene encima. La nube negra que se intuye encima de Picos nos alcanza a mitad del descenso...
Llega el mal tiempo y la nieve no transforma. Subimos de nuevo al Tres Mares para hacer tiempo y damos por terminada la jornada...
3º.- Pico Ibio:
A esta sí que la tenía yo ganas. Uno de los picos más difíciles de esquiar de la cordillera, no por su dificultad técnica, sino porque resulta muy complicado pillarlo con suficiente nieve!!!
Este año se han dado las circunstancias propicias y ahí hemos estado. En el mismo alto de San Cipriano ya había que palear para aparcar el coche. Esto promete!!!
Hay un paquete considerable. Si no llega a ser por los vehículos que han subido por la pista, esta estaría perfecta para foquear. De todas formas, se deja subir con los esquís puestos desde el mismo cruce con la carretera. Qué lujo!!!
Según subimos por un cortafuegos, nos sorprendemos de la cantidad de nieve acumulada en la montaña. Está espectacular.
Cuando nos quedaba un tercio de subida nos alcanzó el mal tiempo. Inicialmente se cerró sobre el Ibio, y nos restó visibilidad.
Pero a los pocos minutos la nube se abrió y pudimos disfrutar de una subida espectacular.
La nieve está muy húmeda y nos cuesta progresar por encima de los matorrales y espinos. Poco a poco vamos llegando a la cima.
Y en la loma de la montaña, observamos Coo, el Mozagro, etc... Impresiona ver estos montes llenos de nieve, tanta como nunca habíamos visto en estas montañas.
Pero no nos podemos despistar. Una tormenta eléctrica viene por Santander. Hay que llegar a la cima y bajar cuanto antes.
El viento se hace notar y sacamos prestos las fotos que demuestran la hazaña -esta es para contarla dentro de muchos años-.
La noche nos alcanza en el descenso, pero no pasa nada, llevamos frontales y estamos disfrutando -la primera parte por mitad del bosque fue espectacular-.
Finalmente llegamos con los esquís puestos hasta el coche. Un sueño tratándose del Ibio.
4º.- Porracolina:
Otra escapada de media jornada a una montaña al lado de casa. Esta vez vamos al Porracolina desde Calseca.
Llegamos pasadas las 15.30 hs, por lo que la nieve está húmeda donde pega el sol y costra donde entra la sombra... Parece que la bajada va a estar un poco delicada...
Aquí también nos sorprende la cantidad de nieve acumulada, sobre todo en los valles.
La subida al Porracolina no tiene mucho misterio. Después de salir del valle al que se accede desde la carretera, se alcanza la canal que nos deposita en el collado entre el Porracolina (a la izquierda) y el Alto de la Madera (a la derecha).
Una vez entras en la canal parece que tienes el collado a tiro de piedra, pero somos conscientes de que se trata de un efecto visual, todavía quedan unas cuantas zetas para llegar arriba.
Desde el collado la cima está a tiro de piedra. La nieve está con una costra dura, por lo que habrá que subir con tiento.
En el collado el viento se hace notar. Entre el frío y el aire que pega, la costra domina el panorama.
Hacemos una travesía bajo la cima con unas vistas espectaculares hacia el Castro Valnera, Picón del Fraile...
Hacemos unas zetas buscando la zona más despejada de roca y subimos con esquís hasta la misma cumbre.
Cumbre de la Porracolina. Otra asignatura pendiente con esquís que hemos superado!!!
Una mirada hacia la Norte de la Porracolina.
El descenso con 2/3 de bajada de costra infernal, de las buenas buenas, y un tercio con nieve húmeda que se dejaba esquiar. Algo es algo...
5º.- La Concilluca desde Saja:
Y para concluir este relato, nos queda por relatar el intento de subida al Alto de la Concilla desde Saja.
La subida la realizamos por la pista que sube hasta la cabaña de la Bucierca atravesando un precioso bosque, de los que hay por Saja a puñados.
Llueve y estamos mojados. No terminamos de verlo claro. Nos metemos en la cabaña y comemos algo esperando que la cosa mejore.
Y la cosa no mejora... pero como somos cabezotas seguimos subiendo.. a ver que pasa. Según llegamos al collado encima de la Bucierca, empieza a soplar un viento fuerte.
La cosa cada vez se va poniendo peor. Al viento se le añade, en ocasiones, el granizo. Tampoco la visibilidad es muy buena, pero tenemos un estacado que nos indica la dirección correcta de la subida...
Llegamos hasta el alto de la Concilluca (1817 mts) a escasos 100 metros de la Concilla. Aquí se termina la visibilidad. No llegamos a tan siquiera ver la última subida al pico. Además el viento arrecia, con lo que el proceso de quitar pieles para el descenso se complica cada vez más. Optamos por darnos la vuelta y tener por buena la antecumbre de la Concilla (Concilluca).
En el descenso se abre un poco la nube, lo cual nos permite negociar con más soltura la bajada.
Y para culminar la jornada, disfrutamos de un divertido descenso por el bosque. Que risas nos echamos aquí!!! Alguno casi se queda abrazado a un arbol, jajaja.
Y como colofón, paramos en el cruce con el puerto de Carmona a comer unas croquetas de lechazo espectaculares. Me quito el sombrero.
A Oli le dimos este trofeo que nos encontramos por allí y que todavía no sabemos qué representa, jajaja.
Pues este es el resumen, a grandes rasgos, del mes transcurrido entre temporal y temporal desde el 21 de enero de 2015 (falta la subida al Cildá y la Espina del Gallego -otra subida histórica, jejeje-, pero de ese solo tengo vídeos, por lo que ya pondré algo cuando tenga más tiempo).
