---------------------- VIDEO AL FINAL DEL RELATO--------------------
Transcurrido el primer año de vida del Blog, llega el momento de hacer un pequeño inciso en nuestro eslogan: Esta es la primera ocasión en la que el consabido "Hay que ir aunquesejodan" queda sustituido por nuestro segundo eslogan: "Hay que volver...". Y digo que hay que volver, porque aquí vamos a describir nuestro segundo intento a un corredor al que ya intentamos hincar el diente el año pasado, pero las condiciones nos impidieron completarlo. Es el primer capítulo de esta serie (Hay que volver) y no tardarán en llegar más reseñas bajo la misma, pues por el camino hemos dejado unas cuantas asignaturas pendientes. Es lo que tiene la montaña, no cumples los objetivos cuando quieres, sino cuando las condiciones te lo permiten. Si hay que abandonar, no hay problema, eso significa que habrá que buscar otra ocasión para disfrutar de nuevo de la actividad.
En esta ocasión nos juntamos Alvarito, Javi y yo -Miguel-, con el objetivo de ascender a la Morra de Lechugales por el Corredor Noroeste del Jierru.
Amanece en el canalón del Jierru y podemos contemplar nuestro objetivo, que se intuye en mitad de la arista que une la Pica del Jierru y la Morra de Lechugales.
La primera parte del recorrido se hace un poco monótona, caminando entre piedras y arbustos, pero esa sensación se suprime de un plumazo según levantamos la mirada hacia las paredes que tenemos por encima.
(Nota: La pedrera que se ve en la foto nos costó un "webo" superarla... como engaña la jodia... estaba totalmente helada y a cada paso parecía que nos íbamos abajo)
Nos ponemos el material y enfilamos las primeras rampas de nieve, la cual está muy dura, lo que facilita la progresión, pero aumenta un poco la exposición.
No tardamos mucho en entrar en el corredor. Esta es la vista desde el inicio del mismo. Javi sube como una flecha en busca del descanso que antecede al primer resalte.
Llegando al primer resalte encontramos el único tramo de la ascensión en la que podíamos hacer un poco de huella. El resto de la subida estaba totalmente helada -como mucho una fina capa de nieve sobre hielo-. ¡Qué condiciones más buenas para el alpinismo!
Comenzamos el primer resalte. Nada que ver con las condiciones del año anterior, en las que la inclinación era mayor y el hielo de peor calidad. En esta ocasión se trataba de una rampa inclinada de hielo, pero sin mayor dificultad.
Después de la primera reunión, llegamos a una campa donde la inclinación se reduce. Sin embargo no podemos confiarnos, pues seguimos avanzando sobre hielo, aunque el mismo es de una calidad inusitada en estos lares.
Montamos reunión a la derecha del segundo resalte. El año pasado nos dimos la vuelta en este punto, ya que no estaba formado y la única opción era atravesar la llambria pulida y verglaseada en un mixto muy delicado. En esta ocasión nos encontramos con una estrecha goulotte de hielo, donde hay que andar fino para progresar.
Alvaritu toma la iniciativa y se marca un largo precioso, aunque breve. Que pena que no fuese un poco más larga la goulotte.
Superado este tramo, llegamos a una zona menos inclinada que va a dar a la arista de los Picos del Jierru.
Subimos con tiento hasta el final, pues seguimos teniendo que progresar con piolet tracción para poder pinchar el hielo que se esconde bajo la fina capa de nieve dura.
Y finalmente llega ese maravilloso momento en el que sales de una cara Norte y te da el sol de lleno, que recompensa todo el esfuerzo realizado.
Solo nos queda atravesar un breve tramo de arista para llegar al mogote cimero de la Morra.
Aquí también progresamos con cuidado, pues el hielo aflora en las laderas con orientación Norte.
En esta foto metí el dedo donde no debía, jejeje, pero aún así merece la pena rescatarla por la estética del pico que atraviesa Javi.
Como decía, en laderas con orientación Norte, aunque en ese momento el sol las iluminase, había que tomar precauciones.
Por fin llegamos a la base de la Morra. Sacamos un par de fotos antes de acometer la última trepada. El paisaje en este punto es imponente. Pedazo día más bueno para disfrutar de la montaña.
Desde nuestra privilegiada posición pudimos contemplar la Canal de Lechugales. Había unas huellas que subían hasta la base de la última trepada. Parece que quienes subieron por ahí no lo debieron ver en buenas condiciones. Es muy duro subir toda la canal para darse la vuelta en el último momento, pero cuando la elección es retirarse, la decisión tomada siempre es la acertada.
Tenemos la cima a nuestro alcance. Solo queda una última trepada para alcanzarla.
Había un cordino para facilitar la trepada. En la subida no tuvimos que recurrir al mismo, pues hay buenos apoyos y repisas para los pies, pero sí en la bajada, donde es mejor asegurar para evitar sustos innecesarios.
Y, al fin, la cima de la Morra de Lechugales. Todo el macizo Oriental de Picos a nuestros pies.
Llega el turno de las fotos de cumbre. Primero Alvarito y yo.
Después Javi y yo.
En la cima nos planteamos las opciones de bajada.
La opción de bajar hacia el Canalón de Jierru parece delicada y la descartamos para explorarla en otra ocasión.
La posibilidad de destrepar el corredor en las condiciones que se encontraba también nos parece un poco compleja. Como todo es descenso estaba tapizado por el hielo, tendríamos que asegurar la bajada y abandonar bastante material para hacer los rapeles, con el tiempo que ello implicaría.
Finalmente optamos por el camino más sencillo y seguro: Descenso por la vía normal de la Morra, camino del Casetón de Andara y bajada hasta el Jito de Escarandi, donde unas almas caritativas nos bajaron hasta Sotres donde nos apañamos para llegar hasta la furgoneta.
Al final resultó una jornada preciosa de montaña de la buena, con 1400 metros de desnivel positivo, 14 kms de recorrido y 10 hs 55 min de duración -paradas para comer y disfrutar del día incluidas-.
Alvaro
Miguel
VIDEO DE LA RUTA:
Track de la ruta
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=6375528
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