Cueto Tejao para algunos (así aparece en muchos mapas); Pico Deboru para otros (parece que esta es la denominación más aceptada en Sotres), a nosotros nos da lo mismo, está ahí y hay que escalarlo, jejeje.
Por la vía normal ya lo hemos subido unas cuantas veces -es una buena esquiada de montaña-, pero yo tenía pendiente la vertiente Norte, donde hay una vía de escalada invernal sencilla, con cierto compromiso físico.
Llevamos un par de meses sin sacar a pasear los pinchos y tienen hambre. El pronóstico no es muy bueno, pero parece que el viento respeta un poco. Las temperaturas previstas para el sábado 14 de marzo de 2015 son bajas, y la sensación térmica a 2000 metros ronda los -15 grados. El corredor, a priori, es sencillo, por lo que esperamos hacer una ascensión rápida y ágil. De todas formas, como nunca se sabe cuando se trata de las condiciones de un corredor, llevamos cuerdas dobles y todo el material de aseguramiento.
Salimos de Sotres sobre las 8 hs. Por un momento parece que las nubes que rondan el pico desde el amanecer se disipan, pero sabemos que volverán...
Llegamos al mirador y vemos la canal de la Braniella por la que ascenderemos al inicio de la vía.
Han caído cerca de 20 cms de nieve reciente, encontrándose tapizada toda la aproximación.
En este tramo nuestro ritmo es lento, pues la nieve está muy blanda. Entramos en la canal y buscamos las coladas de los aludes, pues ahí no nos hundimos tanto -bloques de nieve duros-. Es terreno incómodo, pero avanzas más rápido.
A los 1440 metros de altura se encuentra la entrada de la vía. Por delante tenemos 700 metros de desnivel en los que la pendiente no baja de los 35 grados y apenas hay descansos. Parece que vamos a tener que apretar los gemelos. Después de colocarnos todo el material y comer algo, empezamos a subir el corredor a las 10.15 hs.
Poco a poco, nos acercamos al primer resalte. Las nubes vuelven a envolvernos y rápidamente nos vemos rodeados por una espesa niebla.
El resalte está en muy buenas condiciones. Nieve suficiente y dura, en la que las puntas de los piolets hacen bien su trabajo de tracción. Así debería ser siempre, jejeje.
Todavía hay que superar otro resalte -bloque empotrado-. Aquí la nieve no estaba tan buena, salvo en el lateral izquierdo, donde había una franja de nieve helada que aprovechamos a tope!!! -no hay fotos del paso, pero en el vídeo se ve bien-.
Superado este tramo, entramos en una campa de nieve donde se modera la inclinación.
La campa es larga, y más larga se hace al no ver nuestro destino. Alvarito ya había hecho la vía, por lo que me iba indicando el lugar hacia el que debíamos dirigirnos. En realidad no tenía mucha pérdida, ya que había que subir recto para arriba, jejeje.
Por encima del campo de nieve ya se puede intuir la arista. Todavía nos quedan un par de resaltes mixtos, parcialmente cubiertos por la nieve caída durante las últimas horas.
La salida a la arista se pone tiesa, con un ambiente que impresiona.
Nos asomamos a la otra vertiente y vemos los grandes e inestables bloques en los que se sustenta la arista, los cuales desploman sobre la cara opuesta de nuestra escalada. Impresionados por los equilibrios que hacen en el vacío dichos bloques, seguimos nuestro camino ascendente por la arista cimera. Para empezar, toca superar una corta trepada mixta.
Después, una corta travesía-destrepe, para acometer los últimos metros que nos quedan para la cumbre a través de más bloques inestables -roca muy rota en toda la arista, atención-.
Y por fin, cumbre!!!! Son las 13 hs. Hemos hecho bien los deberes, por lo que no nos importa el frio, la nieve, el viento... Disfrutamos un rato de la cumbre, sacamos las fotos de rigor y descendemos por la vía normal en medio de una espesa niebla.
La ruta de descenso la conocemos bien, pero aún así sacamos el GPS para comprobar que vamos en la dirección correcta -la niebla en algún momento no nos permitía ver más allá de nuestros pies-. Decidimos bajar por Fuente Soles, pero nos saltamos la traza buena de la bajada y, cuando nos dirigíamos al Jito, tenemos que corregir el rumbo, GPS en mano, para volver al camino adecuado.
La nieve estaba muy blanda y nos hundíamos constantemente. Así las cosas, decidimos bajar directamente al valle a través del bosque, para alcanzar el paraje del Obesón. De esta manera pensamos evitarnos un corto ascenso hacia los collados del descenso normal, que, dadas las condiciones de la nieve, se nos antojaba ciertamente duro.
Lo que ganamos fue una visita a un bello bosque nevado, pero tuvimos que pagar el precio de hundirnos más de lo previsto en la nieve, jejeje.
Y finalmente, a las 16 hs, llegamos a la carretera que sube hacia Tresviso, con Sotres a tiro de piedra.
Álvaro
Miguel
¡Esos corredores guapos......., hasta con mal tiempo!
ResponderEliminar¡Y esa emoción que le da el no ver la cumbre hasta que no la tocas con las manos....!
Buena actividad pareja.
Nosotros tenemos pendiente el llamado corredor oblicuo, ¿que no es este que habéis hecho vosotros, no?
A ver si viene algo mejor el tiempo y nos deja meternos.
¡Saludotes!
Pues no es el que hemos hecho -el oblicuo entra hacia la izquierda un poco más abajo del primer resalte-. Me parece que el buen tiempo ha llegado de golpe... a ver si lo que aguanta es la nieve y el hielo, jejeje.
Eliminar