TODO NOMBRE TIENE UN PORQUE...

Todo en esta vida tiene una razón, un por qué, calquier nombre viene por alguna circunstancia... y el nombre de nuestro blog también lo tiene... La temporada pasada fué un mal año para el esqui de travesía en nuestras queridas montañas cantabras. Terminaba 2011 y casi "no habiamos tocado pelo". Y un día en el rocodromo entrenando un poco con un grupo de amigos, y ante una pequeña nevada que se supone había caido en la zona alta de la Cordillera uno de los presentes dijo... Hay nieve, allí hay nieve. Hay que ir! aunque se jodan!... estoy harto de ponerme los esquis encima de la alfombra del salón... aunque se jodan!

Y así ha nacido aunquesejodan.blogspot.com



miércoles, 27 de agosto de 2014

PEÑA OLVIDADA - Arista Sur y descripción del descenso

Una de las cuentas pendientes de Picos de Europa y de las buenas. No se cuantas veces habré pasado por debajo de sus laderas y habré pensado que algún día podría disfrutar de las vistas de esta montaña desde la cima. Más aún, saliendo del Cable ¿Quién no ha querido subir por encima de la cabeza del simio -también conocida como la Punta Covadonga-? En esta foto la vemos en todo su esplendor.


Llegados a la Horcadina de Covarrobres dejamos el camino habitual y nos dirigimos directamente a las Agujas del Tajahierro. En esta ocasión evitamos las tres primeras agujas -Ostaicoetxea, Escondida y Roja-. Para ello rodeamos por la vertiente de Lloroza dichas agujas y buscamos una canal que se abre entre la Aguja Roja y la Torre del Cuarte. Una vez se termina el pedrero, nos encontramos con una chimenea cerrada por un bloque empotrado. Tras analizar las diferentes variantes y darle un par de vueltas al asunto, nos decidimos a afrontar una trepada por el muro de la izquierda -sentido de subida-, por donde se alcanza la terraza superior al bloque empotrado.

Aquí tenemos a Vale superando el paso superior del muro de la izquierda.


Llegados a esta terraza, hay que seguir trepando hasta el collado entre la Aguja Roja (a la derecha en sentido de subida) y la Torre del Cuarte (a nuestra izquierda).


Tras ascender al collado todavía hay que hacer un par de trepadas aéreas antes de alcanzar la terraza donde se inicia el primer largo -un poco más abajo nos encontramos con un cordino amarillo puesto recientemente, pero optamos por realizar montar reunión en este punto y trepamos unos metros más arriba para alcanzar la terraza adecuada, y evitar así el exceso de rozamiento de la cuerda al realizar el primer largo-.

Aquí vemos el primer largo, que se desarrolla de forma vertical sobre la terraza donde montamos reunión. Inicialmente discurre por la fisura-diedro que se ve en la foto, que finaliza en un breve desplome protegido por un clavo situado en su base (Vº). Por la izquierda hay buenos agarres y el paso se supera sin gran dificultad.


Las vistas comienzan a ser impresionantes.



El segundo largo sirve para alcanzar la cima de la Torre del Cuarte (IVº)


Aquí vemos a Alvarito en la reunión de la Torre del Cuarte.


Desde este punto observamos el filo de la Aguja Covadonga -el famoso mono-, por donde va a discurrir nuestra escalada. Poco a poco se van metiendo las nubes desde Aliva...


Realizamos en ensamble la sencilla travesía entre la Torre del Cuarte y la Aguja Covadonga.


El primer largo lo afronta Alvarito. Lo comenzamos por la derecha, si bien a los pocos metros buscamos directamente el filo de la Aguja. Apuramos la cuerda y Alvarito monta reunión bajo el diedro-chimenea del segundo largo.





El segundo largo de la Aguja empieza con un paso con un ambiente impresionante sobre la vertiente de Lloroza -la cabeza obliga a poner rápidito el primer seguro, jejeje-. La dificultad del largo se concentra en dos pasos cortos que se protegen bien (IVº+), si bien hay que prestar mucha atención a los bloques de roca suelta. ATENCIÓN!!!! Después del segundo paso nos encontramos con un bloque totalmente suelto -puede caer en cualquier momento- y del tamaño de una lavadora (para que decir más...) situado en el margen izquierdo del diedro-chimenea por donde discurre la vía. Mejor ni mirarlo. El primero debe prestar mucha atención para no tocar este bloque. Esperemos que caiga pronto, cuando no haya nadie en las cercanías. De todas formas, mucho cuidado en esta zona y, si repetís la vía, valorad si es posible montar una reunión apartada de la vertical del diedro-chimenea, o cuando menos protegida ante la posible caída de piedras -siempre es recomendable, pero en este caso más aún-.



Después de apurar las cuerdas lo máximo posible, monto reunión a pocos metros de la cima de la Aguja. De vez en cuando las nubes se abren y puedo contemplar las vistas hacia las otras agujas del Tajahierro.



Alvarito llega a la reunión y seguimos unos metros en ensamble hasta alcanzar la cima de la cabeza del mono, jejeje.


Un poco más arriba asoma el último muro, que se supera por el filo de la derecha.


Para alcanzar dicho muro hay que destrepar con cuidado de la Aguja Covadonga.


Y posteriormente remontar unos metros por terreno sencillo.


Estamos ante las últimas dificultades de Peña Olvidada. Dos largos -apurando cuerdas- y un tramo de arista en ensamble, y las dificultades de escalada habrán concluido.


La dificultad no excede el IVº grado.



Últimos metros de escalada buscando la arista entre un caos de grandes bloques.


Ya podemos ver la antecima de Peña Olvidada, lugar donde termina la escalada.


Finalizamos la vía de escalada, pero si queremos hacer cumbre todavía nos queda un rato, y después hay que abordar el temido descenso de Peña Olvidada -más de uno ha tenido que vivaquear por no encontrar la línea adecuada para el descenso...- Comemos algo, recogemos las cuerdas y nos dirigimos hacia la verdadera cima.




Las nubes tapan nuestro objetivo, pero intuimos que siguiendo el cordal llegaremos a la cima. Primero hay que descender unos metros a un collado y subir directos a otra punta secundaria por terreno pedregoso-herboso.


Llegados a esta punta, observamos que todavía tenemos que hacer un recorrido por la cresta y aún nos quedan un par de trepadas por terreno descompuesto. A la derecha de Peña Vieja, bajo la nube, se intuye nuestro objetivo.


Destrepe a una horcadina y subida por terreno descompuesto hasta la cumbre. Ya lo tenemos cerca.



Y esta es nuestra cara en el momento de hacer cumbre en la Peña Olvidada. Es la primera ascensión para todos los miembros de la cordada, por lo que la alegría se mezcla con una dosis de intranquilidad, pues desconocemos el descenso y sabemos por referencias que el mismo es "delicado".




Aunque las vistas son extraordinarias desde esta atalaya, no podemos perder el tiempo. Las nubes poco a poco se adueñan de la montaña y esta circunstancia puede dificultar la localización de los rapeles de descenso.

AQUÍ EMPIEZA LA SEGUNDA PARTE DE LA ACTIVIDAD: EL DESCENSO

En esta ocasión merece la pena hacer una descripción detallada del descenso, pues hay pocas reseñas del mismo y no resulta para nada evidente. Intenté grabarlo con el GPS, pero tuve un problema con el aparatito y me borró las últimas rutas grabadas... mecasoensoria!!! grrrr.

Desde la cumbre descendemos unos metros hasta la horcadina situada bajo la misma. Remontamos un poco por la arista cimera por la que hemos venido y buscamos la mejor zona por la que descender hacia nuestra derecha unos 30 metros, buscando una vira de gran anchura por la que discurre una traza de senda que se dirige a la famosa cueva de Peña Olvidada -desde la antecima donde finaliza la escalada solo hay que hacer una travesía más o menos horizontal para encontrar la traza de esta senda-.


Por aquí, en travesía horizontal sin perder altura, y en dirección hacia Peña Vieja, nos acercamos a la cueva.


No tardamos mucho en encontrar la cueva, la cual se encuentra más o menos bajo la vertical de la cima principal.


Superamos la cueva en travesía horizontal y aquí comienza el terreno perdedor donde hay que prestar atención. Primero hay que atravesar en horizontal un tramo de terreno sencillo, al final del cual se puede ver un Jito.



Las nubes nos respetaban y nos permitieron tener buena visibilidad al llegar al Jito, lugar desde el que se puede ver el descenso hacia los rapeles de la "vía normal". En la foto se señala con un círculo el mogote rocoso de referencia para el descenso, pues en la base de dicho mogote se encuentra el primer rapel.


El descenso se realiza por una ladera empinada con roca descompuesta. Hay que destrepar con cuidado. Existen algunos Jitos que marcan los mejores lugares para realizar el descenso. Con mucha calma se desciende bastante bien. Aquí es mejor ir sin prisas para evitar tirar piedras encima del compañero o tener un resbalón comprometido.




Poco a poco se alcanza una vira herbosa por la que el acceso al mogote rocoso es sencillo.



En ese punto tenemos tres rapeles hasta el pedrero. Nosotros realizamos los dos primeros -no llegan las cuerdas de 60 metros para enlazar el primero y el segundo-, y el tercero lo bajamos destrepando.

Primer rapel, para el que hay que realizar un pequeño destrepe sobre roca un poco rota.





Segundo rapel, donde también hay que destrepar un metro y medio para llegar al mismo.


Después de descender por la "vía normal", nos quedó claro que la misma no es la más adecuada para llegar a la cima -descompuesta, fea, incómoda...-.

En el pedrero nos alcanzó la niebla y empezó otro infierno. De los pedreros más incómodos para descender de los que me he encontrado en picos. Un verdadero tostón. No se si habrá influido algo las tormentas de las semanas pasadas, que por lo visto han removido mucho los pedreros, pero se nos hizo eterno. Puede ser que el no ver el final del mismo por la niebla influyese a esta percepción, cierto es, pero la realidad es que me pareció un coñazo de pedrero...

Terminamos la actividad a la carrera, para llegar a tiempo al teleférico, lo cual no nos sirvió de nada, ya que había una buena cola para bajar. A pillar número y a esperar nuestro turno..... No pasa nada, poco después nos "restauramos" con una buena cena en el Nevandi -Espinama-, donde dimos buena cuenta del plato lebaniego -jijas, borono, lomo de potes, patatas y pimientos-. Casi se me saltan las lágrimas de la emoción.

Valeriano
Álvaro
Miguel










No hay comentarios:

Publicar un comentario